Hace unos días me presenté ante la Justicia con motivo de una temeraria y falaz denuncia penal y lo hice dando cumplimiento a mi obligación de vindicarme a través de sendas presentaciones por ante el Sr. Agente Fiscal y por ante el Sr. Juez de Control competente. Ello, con el firme propósito de salvaguardar mi honor, mi buen nombre y mi prestigio en el ejercicio de la función pública.
En el día de la fecha se ha expedido el Sr. Representante del Ministerio Público de la Acusación, quien resolvió el archivo de las actuaciones en razón de que los hechos denunciados no reúnen los elementos objetivos de ningún delito penal, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 365 del Código Procesal Penal. Igualmente, dispuso la elevación de las actuaciones al Sr. Juez de Control en lo Penal Económico, a los efectos legales.
Hago notar que la manda constitucional instituida por el artículo 62 numeral 2, ordena al Funcionario “acusar judicialmente hasta vindicarse”, por lo que, concluidos los trámites de rigor, deberé respetar el imperativo mandato acusando a los que me acusaron.
Agradezco los sinceros mensajes de solidaridad y confianza que he recibido por parte de los Sres. Diputados Provinciales de todas las fuerzas políticas, de referentes de distintos partidos sin representación parlamentaria, como así también de legisladores nacionales, referentes de las fuerzas vivas, de infinidad de compañeros y de mis comprovincianos, todos jujeñas y jujeños de bien.